¿Cómo te imaginas la agricultura en 10 años? ¿Y en 20? Es difícil predecir cómo evolucionará un sector o los cambios que se producirán, pero sí podemos estimar o imaginar cómo sería.
En los años 90, las grandes producciones cinematográficas imaginaban que, en estos años, ya habría coches voladores, coches autónomos y la convivencia (o no) de humanos y robots con conciencia propia.
Todavía no hemos llegado a ese futuro, pero vamos camino de lograrlo. Diferentes empresas están trabajando en coches autónomos (Tesla, Google o Apple), los robots cada día se asemejan más a los humanos y los coches voladores… bueno, aún tendremos que esperar para ver algo así.
En la agricultura pasa lo mismo, hoy podemos escribir un artículo relatando cómo creemos que será el futuro del sector, pero posiblemente no acertemos en nada. Por ello, nos vamos a basar en datos y hechos para intentar proyectar una imagen lo más realista posible de la agricultura en una o dos décadas.
Escasez de mano de obra humana.
Uno de los motivos por los que se están introduciendo las nuevas tecnologías en el campo es la falta de empleados. Los agricultores necesitan trabajadores, necesitan jóvenes interesados en el campo y lo que puede ofrecerles. Sin embargo, las nuevas generaciones, por lo general, no están interesadas en la vida rural, se decantan más por las grandes ciudades.
Para respaldar está afirmación hemos buscado datos sobre el número de explotaciones que había en España hace 20 años y las que hay ahora.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 1999 había casi 1,3 millones de explotaciones agrícolas en nuestro país. Actualmente hay menos de 950 mil.
Es posible que esto cambie, que los jóvenes empiecen a ver el potencial del campo, de tener una vida en pequeños pueblos o regiones y la agricultura viva una época de esplendor. Pero, si la tendencia no varía, la agricultura tal y como la conocemos ahora desaparecerá, perdiendo así una tradición y forma de vida milenaria.
«Granja vertical».
Numerosos expertos y entendidos del sector agrícola proclaman que el futuro de la agricultura está en la agricultura vertical.
Esta “nueva” forma de ver la agricultura puede dar el impulso que se necesita para conseguir erradicar uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la humanidad: el hambre.
Hasta hace unos años, su aplicación en el sector era mínima, pero ahora existen diferentes empresas que barajan la idea de edificios exclusivamente dedicados a la agricultura.
Un ejemplo es Fujitsu. La empresa japonesa ha creado una granja vertical capaz de producir 30.000 lechugas por día. Consigue un ahorro del 50% en comparación con la agricultura tradicional. Aquí os dejamos un vídeo subido por la propia empresa mostrando una parte de las instalaciones.
Otro ejemplo es la empresa americana Iron OX. Su versión de la agricultura vertical se basa en una granja hidropónica gestionada totalmente por robots (el trabajo humano se reduce al mantenimiento de los robots implicados).
Robots, robots y más robots.
Durante nuestra pequeña investigación para este post hemos llegado a una conclusión: los robots forman parte del futuro de la agricultura sí o sí.
Es posible que ahora no parezca tan obvio, pues aún existen muchos detractores de introducir las máquinas en el sector, pero estos aparatos mejorará la vida de los agricultores y les permitirá aumentar la producción minimizando los costes derivados de su actividad.
Los robots pueden programarse para vigilar el terreno, analizar el estado de los cultivos y los frutos o regar y fumigar con una precisión asombrosa.
Su funciones, por el momento, no sustituyen el trabajo humano. Actualmente un robot no tiene la misma capacidad que una persona y, mucho menos un agricultor, que conoce cada rincón de su terreno.
Dentro de 10 o 20 años puede que las funciones de los agricultores queden relegadas al mantenimiento y programación de los robots de su plantación, pero por ahora, la figura del agricultor es imprescindible para el funcionamiento de una explotación agrícola.