Si nos ponemos a pensar en el sector industrial, seguro que se nos ocurren muchas formas de utilizar las máquinas para mejorar el proceso de producción. Las nuevas tecnologías incluyen también el desarrollo de softwares que facilitan el trabajo de todos los departamentos de una empresa, desde la logística hasta las ventas.
Los retos que se plantean para esta industria 4.0 son realmente amplios pero, el más importante es entender que la tecnología está aquí para mejorar nuestro trabajo y seguridad, no para quitarnoslo.
Optimización del proceso de producción.
El principal propósito de este reto es poder controlar y supervisar todo el proceso de fabricación y postproducción. Con ello, se conseguirá reducir el tiempo de elaboración de cada fase del producto, aumentar la seguridad de los trabajadores y reducir los errores, entre otras ventajas.
¿Pero sustituir a los trabajadores por máquinas provocará la eliminación de puestos de trabajo? No necesariamente. Actualmente, muchas empresas solo utilizan robots en las etapas del proceso que más riego de accidente hay. Así se protege al trabajador y se reduce el número de accidentes. Por lo tanto, podemos afirmar que no se – debería – destruir trabajo, sino transformarlo.
Instalación de sensores en las máquinas.
La inclusión de sensores en las máquinas hace posible que el trabajador conozca el estado de la fabricación y de las máquinas en tiempo real, pudiendo tomar las acciones correspondientes en caso de avería o problema en el proceso de producción.
Es posible que este reto sea vital para un control absoluto de todo lo que pasa entre los robots y su trabajo. Poder controlar su situación significa reducir el tiempo que pasa entre que sucede el problema y el empleado tiene conocimiento del mismo; en consecuencia, también disminuye el tiempo que tarda en solucionarse.
La industria 4.0 mejora la eficacia y rapidez del trabajo.
Las industrias que han decidido adaptar su modo de trabajo a esta transformación han visto cómo su capacidad de producción se ha disparado. De este modo, se puede hacer frente a la demanda actual de la misma y, en casos de necesidad, podrán aumentar la producción sin ningún problema.
Además, el aumento de la eficacia y efectividad del trabajo se traduce en una reducción de costes importante.
Los retos que plantean la industria 4.0 van cambiando a medida que se producen innovaciones en este campo, el sector secundario es consciente de los beneficios y ventajas que esta transformación supone para sus resultados, pero, al mismo tiempo, es uno de los sectores más conservadores y tradicionales. Por lo tanto, lograr el cambio que tanto se espera, puede ser un proceso relativamente largo.